Mantón de la Chinana » Restaurantes http://mantondelachinana.com Fri, 14 Sep 2012 09:41:39 +0000 en hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.3.2 Taberna Kaixo http://mantondelachinana.com/2012/07/16/taberna-kaixo/ http://mantondelachinana.com/2012/07/16/taberna-kaixo/#comments Mon, 16 Jul 2012 00:25:14 +0000 chulapa http://mantondelachinana.com/?p=439 Ir a una taberna cerca de la Puerta del Sol no implica necesariamente dejarse un dineral en un ambiente cutre repleto de guiris. Por eso este lugar es una de mis direcciones favoritas y mi tabla de salvación cuando pica el gusanillo en plena zona turística de Madrid. Cuadros de Marilyn, ambiente campestre-chic y público joven en lugar de carteles de corridas de toros, ambiente rancio y comensales carcas.

A mi amigo Pedro le debo el descubrimiento de una de mis tasquitas de cabecera, a la que llevo sin dudarlo a todos aquellos que me piden un picoteo rico y sin pretensiones. Pedro, que es buscador incansable de rincones gastronómicos de Madrid como yo, y que además en su ardua labor investigadora tanto puede acabar en un antro de mala muerte como adaptarse al gastrobar más in de la capital, me llevó a conocer esta taberna vasca que me resulta muy completa y recomendable en todos los sentidos: situada en los aledaños de la Puerta del Sol y cercana a Huertas (calle Barcelona, 12), huye del tipismo y sigue la estela de las tascas de nuevo cuño y ambiente juvenil de la zona, aunque los precios competitivos que se exponen en las pizarras a pie de calle y su encantadora atmósfera atraigan irremediablemente a algún que otro extranjero.

Ofrece platillos de corte tradicional, de esos que gustan a todo el mundo pasen los años que pasen (a grosso modo: tostas, mucho huevo y mucha patata, chori, morcillita y chacina ibérica, croquetas, bocatas…) pero con una levísima pincelada innovadora que ni condiciona los precios ni las cantidades servidas. Porque si algo tiene de vasco (aparte del servicio, creo que natural de Guipúzcoa, y de que todo se escribe con K y TX en un guiño cómplice con el cliente) es la contundencia de las tapas (con un par de tostas, algún que otro rebozado en forma de kroqueta o bola, una ensalada y alguna de “sus kositas”, que detallaré a continuación, pues oye Patxi te quedas frita). Y si no eres tragona, la gracia te sale por unos 10 euros por cabeza, un chollo en los tiempos que corren.

Y que nadie piense que por su turístico enclave o porque parte de la parroquia sea foránea vaya a encontrar el aspecto prototípico de un asador vasco o tradición a raudales; precisamente, eso es lo que me fascinó de Kaixo (ojo, que a una de vez en cuando le gusta la cabeza de venado en la pared o el azulejo andaluz).

Conjuga un ambiente industrial y moderni de techo alto y lámpara baja, con toques vintage y campestres, y hasta me atrevería a decir que el resultado es algo femenino, a tenor del color violáceo de las paredes, detalles como flores, cestillos, espejos, candelabros y maceteros, y las sorprendentes imágenes de Marilyn Monroe que decoran el local.

La terraza en verano es muy agradable (en los meses de frío ofrecen mantita y te animan a desafiar al frío, aunque hay que tenerlos bien puestos, como los vascos, claro) y amplía las posibilidades de coger sitio, pues aunque el lugar tiene capacidad para 50 personas, la legión de amantes de Kaixo es cada vez mayor (los buenos secretos desvelados corren como la pólvora) y por lo general hay que esperar para ocupar una de sus mesitas bien pegadas (ojo, que pese a esto, el ambiente no es nada ruidoso ni molesto). Una vez acomodados y servido el aperitivillo por un personal rápido, atento y correcto, es hora de volverse loco decidiendo entre las mencionadas “kositas” que ofrece la resultona carta (no busca quedarse en lo de siempre, pero tampoco desmarcarse con propuestas creativas o de autor; sí agradar con buena materia prima, una presentación vistosa y sabores populares, de ahí lo de acertar seguro como anfitrión).

Se puede comenzar con sus “kositas de la huerta”, esto es, pimientos de padrón fritos o ensaladas ricas que no destacan por su originalidad pero sí por su contundencia. No he probado ninguna, porque siempre voy directamente al apartado “pikoteos”, con sus geniales bolas (de espinacas en tempura, de boletus y trufa…), las croquetas de txipirones y varias opciones de rebocina que hacen las delicias del comensal. Podemos seguir con los “bokados tradición”, a saber, platillos españoles de toda la vida y bien ricos por cierto, como las patatas lokas (huevos rotos), o la cazuelita de morcilla con patatas, huevos revueltos y pasas… Hay bocatas contundentes y “txarcutería” que siempre paso por alto para ir directamente a un soporte más cómodo: la famosa tosta. La Kaixo es la más popular: bacon, huevo frito, pimentón, queso fundido… Y también están especialmente ricas la de pisto con boletus y la de queso de cabra, salmón ahumado y cebolla caramelizada.

Para los que somos cocinillas, duele un poco romper el cerdo-hucha para comer cositas que puedes prepararte en casa, pero es que… ¡siempre apetecen! Respecto a los postres, la hipérbole vasca también está presente, especialmente en la locura dulce colapsa-arterias llamada “pirámide de chocolate blanco”: cuatro tabletas de chocolate blanco dispuestas a modo de pirámide que encierran helado, caramelo y chocolate en cantidades que asombrarían a los mismísimos faraones. Pedro y yo no podíamos dejar de reírnos mientras atacábamos la calórica construcción sin ningún tipo de remordimiento.

La taberna Kaixo es un sitio totalmente recomendable y para recomendar sin titubeos, siempre y cuando se busque el tapeo popular servido con gracia y cierto encanto, como el de esa Marilyn que observa el continuo desfile (tienen horario ininterrumpido) de pintxos, tapas y demás fruslerías norteñas.

]]> http://mantondelachinana.com/2012/07/16/taberna-kaixo/feed/ 12 Bahiana Club http://mantondelachinana.com/2012/07/02/bahiana-club/ http://mantondelachinana.com/2012/07/02/bahiana-club/#comments Mon, 02 Jul 2012 10:40:34 +0000 chulapa http://mantondelachinana.com/?p=386 En estos días de verano cualquier excusa es buena para ponerse guapos y escoger un sitio especial y con regusto romántico de los que se encuentran a pares en la zona del Madrid de los Austrias. Ya comenté en el post de La Gastrocroquetería que la zona colindante al Viaducto es una de mis preferidas de Madrid, por sus empinadas y desordenadas callejuelas, que todos califican de “misteriosas”, y los antiguos edificios que se derraman sobre el barranco de un desaparecido arroyo llamado de San Pedro (apunte histórico). Tal es el lío de recovecos y pequeñas vías que muchas podrían pasar desapercibidas, como la Calle Conde, que en su número 4 esconde la que se conoce como “la terraza más guapa de La Latina”: Bahiana Club.

Somos muchos los madrileños a los que nos gusta “latinear”, pero lo cierto es que a veces puede resultar un tanto agobiante, especialmente en estos meses de calor que ya estamos “sufriendo”. Curiosamente, la terraza más agradable y codiciada de este castizo barrio está alejada del guirigay de las cavas y al mismo tiempo conserva ese sabor auténtico y modernísimo imperante en cualquier local del bohemio barrio en el que se encuentra.

Creo que uno de los encantos de este lugar es que si no sabes que existe, seguramente se encontrará de casualidad y por sorpresa, en lo alto de unas escaleras que hay que subir para acceder a esta castiza calle del Conde. En un enclave privilegiado y protegido por antiquísimos edificios y altos setos se encuentra Bahiana Club, destilando un sabor costero y chic que nos transportará directamente a un remanso de paz propio de la ciudad carioca de Salvador de Bahía.

La hermana de Carmen Posadas abrió en 2009 este bar-restaurante que ofrece una carta igual de exótica, con referencias hispanoamericanas e italianas pensadas para compartir. Para comenzar, Fatay (empanada árabe de ternera), hummus o croquetas caseras con trozos de jamón ibérico de verdad, no del que te tienes que imaginar. Seguimos con platos tradicionales que aportan un toque innovador como los huevos rotos con aceite de trufas, los chipirones a la plancha con alioli de almendras o las tiritas de pollo empanadas con sésamo y dip de hierbabuena, como platos estrella.

Entre las pizzas, completamente artesanales, destacan la bahiana (pimiento de piquillo, bacon y guindilla) y la de jamón ibérico con rúcula. Para rematar la faena, el churrasquito uruguayo con chimichurri, que hace honor al origen de los socios fundadores. Cada temporada, la carta acoge nuevos platos para tenernos entretenidos a los fans de este lugar. En mi última visita, tuve la oportunidad de probar el carpaccio de pulpo con salsa de mango, una auténtica delicia fresquita para este verano que me recomendó Florencia, un encanto de mujer, risueña y gran profesional.

De postre, hay que probar sin duda el helado artesanal de yogurt con miel y nueces y alargar la velada con alguno de sus fantásticos cócteles. Y no sólo invitan a quedarse sus bebidas espirituosas, sino que todo está pensado para acomodarse en uno de sus sillones y ver la vida madrileña pasar: el interior está dividido en varios saloncitos que te hacen sentir como si acabases de entrar en una luminosa vivienda particular decorada con muebles rescatados, vigas decapadas, tonos claros y flores frescas, a ritmo del envolvente sonido del jazz y la bossa nova. Esta sensación hogareña se acrecienta con los perrillos que merodean, entran y salen a sus anchas del local. Y es que es uno de los poquísimos lugares de Madrid que aceptan mascotas, algo que como amante de los animales en general y de los perros en particular, creo que merece muchísimo la pena destacar.

Yo este verano cojo a mi yorkshire Oliver por banda y me planto en Bahiana, a ver si veo alguna cara conocida (siendo “la terraza más guapa de la Latina” es más que probable encontrarse con alguna celebrity, doy fe de ello). Recomendadísimo para veladas en pareja, pero también para una larguísima comida-merienda-cena entre amigos, de esas que tanto apetecen en esta época del año.

 

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La Gastrocroquetería de Chema http://mantondelachinana.com/2012/06/25/la-gastrocroqueteria-de-chema/ http://mantondelachinana.com/2012/06/25/la-gastrocroqueteria-de-chema/#comments Mon, 25 Jun 2012 16:00:49 +0000 chulapa http://mantondelachinana.com/?p=369 Perderse en las calles laberínticas del Madrid de los Austrias es un seguro de encontrar rincones con encanto a la vuelta de cualquier esquina o en lo alto de una empinada calle empedrada. Para mí es una de las zonas más mágicas de la capital y me ha ofrecido algunos de los descubrimientos culinarios más sorprendentes y gratificantes de este último año. El que más, tuvo lugar en el número 17 de la calle Segovia, donde desde hace poco tiempo se puede disfrutar de la imaginación desbordante, la originalidad y los juegos gastronómicos del joven Chema Soler, que abandonó los fogones de Salterius para dedicarse en cuerpo y alma a su pequeño y céntrico comedorcito, experimentando y dando continuas vueltas de tuerca creativas a algo tan nuestro como es la croqueta. 

La croqueta… ese cañí y calórico bocado rebozado tan fácil de comer y tan pesado de preparar del que pensábamos sólo podía embucharse de besamel, jamón o los restos del cocido. Quien quiera desmitificarlo no tiene más que visitar los fogones de Chema, que a los seis meses de la apertura ya le hicieron alzarse con el segundo premio del Campeonato de la Mejor Barra de Pinchos y Tapas de España (y eso que la barra está aún por llegar). En un íntimo y acogedor comedor decorado con mucho gusto y pocas pretensiones (imprescindible reservar), la encantadora María, pareja del chef, despacha con amabilidad y una gracia que no se puede aguantar sus experimentos e innovaciones, que no dejarán a nadie indiferente: croqueta de mejillón tigre y curry rojo, de sepia en su tinta gratinada, de cocido sobre hummus con matices picantes y crujiente de zanahoria o líquidas de queso, que hay que comer de un bocado

Pero que nadie piense que la oferta se limita a estas delicias creativas. La frescura culinaria se extiende a ensaladas (“macetas”), cazuelitas y tapas diversas, geniales para compartir. Buena muestra de ello es el menú degustación Tapas Selectas, que Chema varía y confecciona a su antojo. Nosotros tuvimos la oportunidad de probar:

Un aperitivo de crema de calabacín, cebolla frita y helado de queso.

Tiradito de pez mantequilla marinado, rúcula y encurtido.

Turrón de foie sobre espuma de almendra y compota de higos secos (en la foto)

Lasagna de confit de pato con besamel de naranja.

Tortilla de alcachofas con gambas.

Cordero a baja temperatura con croqueta de queso gorgonzola y piña.

Croqueta dulce de tiramisú con queso mascarpone (en la foto)

 Todo delicioso, todo. Ni un solo pero. Para los golosos como yo, los “croqueteos” del cocinero con el dulce merecen mención aparte: croquetas de chocolate con leche con bavarois de naranja o de galleta Oreo. Unos atrevimientos que dan como resultado una experiencia divertida y diferente. Y es que como hablaba con Chema en nuestra última visita, cuando uno pone ilusión y ganas en cualquier proyecto que se emprenda, los resultados espectaculares están asegurados. Gracias a los dos, chicos, por vuestra amabilidad y por fascinarnos en cada visita.

Para descubrir la imagen informal, juvenil y divertida de la Gastrocroquetería, así como para ampliar la info, visita su página web y el Blog “croqueteando en la cuisine du chef”.

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Wogaboo http://mantondelachinana.com/2012/06/14/wogaboo/ http://mantondelachinana.com/2012/06/14/wogaboo/#comments Thu, 14 Jun 2012 23:05:47 +0000 chulapa http://mantondelachinana.com/?p=137 Siempre es utilísimo tener apuntadas varias direcciones de restaurantes que te permitan quedar como una reina con amigos que buscan una comida resultona (y no alardes culinarios) en un ambiente cool y cosmopolita. Uno de estos lugares es Wogaboo (franquicia con varios establecimientos en Madrid; a mí el que más me gusta por su tranquilidad es el de General Martínez Campos, 26). 

De aires neoyorquinos, Wogaboo podría estar ubicado en cualquier capital del mundo. Su filosofía se resume en el concepto Fun Eating y verdaderamente asocio este local a quedadas con amigos (aunque he celebrado aquí alguna que otra fecha especial en pareja), momentos agradables, divertidos y distendidos en los que degustar platos originales y a buen precio (a los jóvenes que vivimos la crisis nos vienen de lujo sus promos mensuales y los asequibles menús inspirados en los cinco continentes).

Se acierta precisamente porque todos tenemos el típico amigo al que sólo le gusta la pasta, o que aborrece la comida oriental, o al que no le sacas de la consabida hamburguesa. Y todo hay que decirlo, como anfitriona no sólo hay que pensar en los gustos de los comensales, que ya de por sí es difícil, sino también en la holgura de sus bolsillos. Por todo ello, Wogaboo es uno de esos restaurantes que yo llamo “de dar el pego”. 

Me gusta mucho la decoración de sus locales, ideada por el equipo de interioristas de García de Vinuesa. En el de General Martínez Campos (al que me gusta ir después de recorrer la maravillosa casa-museo Sorolla, que queda justo enfrente) predominan los tonos rosas y metalizados (para mi gusto es muy femenino y lo veo ideal para una reunión de amigas) con toques industriales, graffitis y cocina vista, algo muy común en estos locales “para ver y ser vistos” y que nos permite comprobar cómo los audaces cocineros marean la pasta La-mien, consiguiendo esa forma alargada, infinita y característica de los fideos orientales. Todo un acierto por parte de los dueños, fundadores de la cadena The Wok (absorbida luego por el grupo VIPS), porque a los comensales nos tranquiliza ver “lo que se cuece” y sobre todo a algunos les sigue parece modernísimo observar cómo se prepara la comida que más tarde estará en su plato (aunque lo cierto es que este tipo de cocinas ya empiezan a estar “muy vistas”).

En mi última visita la carta seguía manteniendo la diversidad y el exotismo que caracterizan a esta cadena; a mí personalmente me vuelven loca los platos de nombres larguísimos que suelen ser sinónimo de propuestas originales y sabores desconocidos, y me parece un plus que coloquen la banderita del país de origen de cada plato para saber a que “nos enfrentamos”. Si bien predominan las pastas, ya sean preparadas a la manera italiana o a la oriental y siempre al momento, también encontramos platos de origen americano, mexicano, indio e incluso peruano, así como otras propuestas más mediterráneas. 

Recomiendo el Pad-Thai (plato nacional de Tailandia), el clásico huevo con trufa y sobre todo los postres (por algo el consultor de estas delicias es el ex jefe de repostería de La Broche): no he probado un tiramisú más original que el que se degusta aquí, y el Pantone de Chocolate es para perder el sentido. Hay quien se queja de las cantidades, pero para mí las raciones son perfectas para probar varias cositas (con una carta así es difícil decidirse). El personal siempre ha sido amable y atento conmigo, de hecho el encargado del local que frecuento abrió e iluminó la planta de arriba únicamente para que pudiese tomar algunas fotitos que ilustrasen mejor este post. En definitiva, un restaurante BBB (bueno, bonito y barato), dirección imprescindible para quedar como una fenomenal cuando lo que se busca es únicamente un ambiente chic, divertido y sin pretensiones.

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Musashi http://mantondelachinana.com/2012/06/14/musashi/ http://mantondelachinana.com/2012/06/14/musashi/#comments Thu, 14 Jun 2012 22:10:16 +0000 chulapa http://mantondelachinana.com/?p=119

Que Madrid está inundado de restaurantes japoneses no es decir nada nuevo; hace muchísimos años que descubrimos las bondades de esta deliciosa gastronomía. Pero encontrar uno suficientemente auténtico y sin pretensiones es ya otra historia (salvando modestos comedores como Naomi, Hanakura o Yamate, la espectacularidad del resto deriva o bien de la calidad suprema de la materia prima y magistrales experimentos de fusión e innovación, lo cual se paga, o de una decoración fashion y urbanita, que mucho ruido y pocas nueces). Por eso se agradece poder catar esta culinaria sin que sufra el bolsillo y sin preocuparnos de si llevamos el atuendo adecuado para ver y ser vistos…

La callecita Conchas, muy cerca de la preciosa Ópera, esconde en su número 4 un restaurante que yo califico de tasca-japo, muy popular en la capital entre los devotos de la comida nipona por la autenticidad de su cocina y la relación calidad-precio (a Musashi se le conoce popularmente como “Japotalego”, porque en sus inicios un variado de sushi costaba sólo 1.000 pesetas).

¿Cómo colgar la etiqueta de “auténtico” a un restaurante oriental? Muy sencillo, si reúne las siguientes condiciones: decoración austera (la falta de autenticidad de un oriental es directamente proporcional al número de budas dorados con cara feliz, murales tridimensionales y enredaderas de pega). En el caso de Musashi, el local tiene dos niveles, con mesitas muy pegadas y tonos neutros; algunos hablarían de minimal, pero toda la vida se ha dicho “cutre”.

En segundo lugar, la carta: platos de nombres imposibles pero deliciosos (menos mal que ponen fotos) y de cantidades más que decentes. Este lugar me gusta porque puedo comer buen sushi a un precio razonable (la degustación de sushi variado cuesta 15 euros y con un platito más (por ejemplo, el teriyaki de atún en salsa dulce que se deshace en la boca) se come perfectamente (unos 20 euros por persona).

Siempre hablo de los postres porque desde hace tiempo soy golosa empedernida; aquí se pueden degustar los típicos dulces japoneses que a mí personalmente no me vuelven loca pero suponen algo distinto, con sus coberturas gelatinosas y esponjosas, y sus sabores a té verde.

Y en tercer y último lugar, la rapidez y trato del servicio. Cuanto más rancios y eficientes sean los camareros orientales, más te sentirás como en el país asiático. He de reconocer que aquí no son especialmente bordes, pero si pueden ir despachando rápido para gozar de más clientela (por cierto, Musashi casi siempre está a reventar y es necesario reservar con antelación), mejor que mejor. Pero conmigo lo llevan claro, porque no nací en Extremo Oriente y disfruto de la sobremesa. Sobre todo si se hace en buena compañía (mi amiga de toda la vida Virginia y yo nos reencontramos aquí desde hacía no se cuántos años para desgracia de los camareros, que ya no sabían como deshacerse de dos charlatanas como nosotras). 

Musashi es una opción genial para degustar comida japonesa sin muchas pretensiones a un precio más que razonable, algo no tan sencillo de encontrar (descartando los sushis giratorios “all you can eat”, que por 10 euros no pueden augurar nada bueno…), y en un marco auténtico. Todo un clásico capitalino.

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